Sola en esta vida
Me
miras, y crees que me adivinas,
pues no desvelo mi desdicha,
sonrisa alegre en mi boca.
Y te equivocas…
Cual patriarca noble me ves erguida,
con la frente altiva, de palabra
confiada, de mirada tranquila.
Mas arcana, escondida,
callo condena maldita,
una pena larga y honda,
esa que en el alba aflora
y me grita: ¡Sola, sola…!
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