Ella soñaba que le decían piropos, pero fueron insultos
según dijo la prensa.
Ella soñó amapolas y le lanzaron la basura de los contenedores
Soñaba soles y eran huevos podridos,
¿O fueron Soles?
Te escupían, Rosario y tu
soñabas lluvia.
Hielo y vinagre, gasolina y un cigarro encendido.
fueron un resplandor en la noche
congelada
y aquella luz que cegó tu mirada para siempre
y convirtió en brasas tu piel
y tus lamentos.
Tus labios ardieron junto a tus alaridos,
apuñalando la oscuridad imposible de Diciembre.
Diciembre en llamas de un cajero automático.
La noche gritó rayos junto a la hierbabuena
Volaron espantados los pájaros nocturnos
y hasta los ángeles del Cielo batían sus alas enloquecidos
mirando a las estrellas
que amenazaban con caerse de tanto pavor y tanto miedo.
Todo quedó callado y pálido.
Y la niña indigente de cincuenta y un años,
se durmió para siempre entre cartones abrasados.
Lloró la ropa tendida en los balcones
Lloraron los dedos de la noche mendiga
y lloró el agua.
Lloró el dolor.
Lloró el asfalto
la mugre de las calles lloró
Lloraron las piedras, lloraron las copas de cristal
lloró el alcohol
lloraron todas las hojas de los árboles que huyeron
asustadas a los montes
mientras mi corazón se destrozaba
en pesadillas.
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