Todo esta situación me supera, me resulta realmente difícil, y lo que
más me confunde es ver lo fácil que te resulta a tí. Quizás solo sea un
escudo que creas a tu alrededor, un escudo lleno de falsas sonrisas, y
puede que cuando estés a solas también me eches de menos, no lo sé.
Aveces me gusta pensar que sí, que me echas de menos aunque solo sea una
cuarta parte de lo que yo te echo de menos a tí, me gusta pensar que
aveces incluso lloras por mí, porque ya no estoy contigo. Pero luego
pienso y me doy cuenta de que no, de que es una estupidez pensar eso, y
que además es demasiado egoísta por mi parte, y encima solo consigo
engañarme a mí misma. Porque una parte de mí está segura de que ya no me
necesitas, y luego, otra parte de mí se empeña en convencerme de que
sí, de que me sigues queriendo y me sigues esperando, igual que yo a tí.
Así que como comprenderás no sé a quien hacer caso, no sé ni plantarme o
si seguir. No sé si reir o si llorar, si caminar o quedarme quieta en
el mismo lugar donde me dijiste adiós. No sé si hablarte o seguir
callandome todo esto que llevo dentro. No sé nada... o, espera, sí que
sé algo, y estoy segura de ello. ¿Sabes lo que es? Supongo que sí. Sé
que te quiero, sé que nunca podré encontrar alguien como tú, y sé que
nunca, pero nunca conseguiré olvidarte, aunque no creo que eso te
importe demasiado, a mí si que me importas tú, más que nada en este
estúpido mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario